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Etiquetas de medicamentos

Cuando el médico receta un medicamento, vamos a la farmacia y compramos exactamente lo que él ha prescrito en la formula. La etiqueta informa acerca de la cantidad de sustancia activa que tiene y los demás excipientes no se mencionan si no que quedan involucrados en la sigla: “Excipientes c. s. p.” Esos excipientes pueden ser uno, dos, tres o más sustancias que permiten que el medicamento sea estable en el tiempo, tenga la dureza suficiente y que no se deteriore rápidamente, aparte de otras propiedades.

Las advertencias dicen: “hipersensibilidad a la sustancia activa”. Todo va estudiado y dirigido principalmente a la sustancia activa, pero también los excipientes producen fenómenos alérgicos o de intolerancia, junto a otros fenómenos indeseables. Esto es precisamente lo que no se ve, aquello que está oculto en una de esas sustancias y que puede causar algún daño.

El Señor nos habla de aquellas cosas también. La gente ve en nosotros aquello que se percibe en lo externo, pero también, como los excipientes, pueden haber cosas ocultas en el interior de cada uno de nosotros que en un momento dado pueden salir y dañarnos o dañar a otras personas. Estas cosas fueron introducidas por nosotros mismos en algún momento y necesitamos despojarnos de ellas porque si permanecen en el corazón de seguro que saldrán en el momento menos oportuno. Cuidemos que lo que ve la gente en nosotros también sea lo que está guardado en el corazón porque de él mana la vida, y lo que pide el Señor es que caminemos con pasos rectos.

Proverbios 4:22-27
Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. 21 No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; 22 Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. 24 Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la iniquidad de los labios. 25 Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. 26 Examina la senda de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. 27 No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.